...A medio puesto se quedo sin tiara y sin puesto abatida...
Un día se encontró la princesa en una encrucijada, tenia que cumplir con un dictamen, debía casarse con un príncipe, pero debía escojer uno entre los candidatos que le habían escojido sus padres los reyes pero su corazón ya estaba ocupado y enamorado de un distinto, un príncipe sin corona, un distinto, no era mas que un simple y vulgar plebeyo, a pesar de que no tenia nada que envidiarle a un rey o un príncipe, galante y simpático y hasta generoso, pero le faltaba algo cargos, joyas y dinero. La princesa estaba atrapada debía escojer a su príncipe antes que se le pasara el tiempo, entonces escojio desesperada pero siempre enamorada "al amor de su vida" y contra la voluntad de sus padres, a ese plebeyo de ojos claros y dulces palabras, a ese "príncipe" de estirpe. Por supuesto que todos la criticaron, lo miraron a mal y la señalaron, pero al final ella era la futura reina.
Unos pocos meses después, un brujo bueno que trabajaba para ella le predijo la muerte de su esposo "Aquel que se caso contigo morirá, pues un bandido por venganza lo matara" la princesa severamente agobiada y por supuesto ciega de amor y de locura pregunto al brujo quien lo mataría, a lo que el respondió "Un hombre fornido, al cual tu esposo le debe un dinero" la princesa completamente aterrada y agobiada consulto a este brujo que debía hacer y este le dijo "Meted preso a todos los hombres del reino, incluyendome para que ningún hombre asesine a tu amor" la princesa enloquecida hizo lo quel brujo le pidió, encarcelo a todos los hombres de la ciudad, plebeyos, trabajadores, campesinos y hasta a su propio padre, tal cual ella lo ordeno.
Pasaron varios días, la princesa seguía preocupada y una mañana al salir de sus aposentos encontró un raro espejo, se asomo a el y en su reflejo observo su rostro lleno de manchas de sangre, corrió hacia el salón donde se miro en otro espejo y no vio nada, extrañada miro de nuevo y no vio nada, al voltearse se encontró sorprendida con la mirada de otra mujer de rubios cabellos y sonrisa diabólica quien la apuntaba con una pistola, la princesa se quedo inmóvil y acto seguido una bala atravesó su pecho, la princesa cayó livianamente sobre el piso sin dejar de mirar a su agresora, detrás de ella apareció su amado esposo, la miro sonriente y beso a la agresora con pasión y lujuria, la princesa dolida intento levantarse pero el le disparo dejándola agonizando; sin poder respirar y moverse, apunto de morir la princesa observo a lo lejos aquel brujo que le advirtió sobre la muerte de su esposo quien sonreía excitado de placer. La princesa agonizando en el piso, observo a su esposo colocarle la corona a su agresora, desbastada sintió como su corazón se rompió en mil pedazos y recordó lo que todos le decían "Amar a ciegas de nada te valdrá, hasme caso hermosa hija" si le hubiera hecho caso a su padre, poco a poco fue cerrando sus ojos y sin vida se quedo.
Aquella princesa estaba allí sin corona, sin esposo, sin trono y sin vida, de nada le valió su esfuerzo por amor, pues por amar a ciegas engañada estubo y murió. Recordada como la tonta princesa que por amar se doblego y su corona perdió, si vida regalo, sus sueños abandono y con la cabeza no pensó, siguió a su enamorado corazón que le fallo y se quedo sin nada, viviendo un cuento que jamas existió, creyendo en películas donde el plebeyo es bueno y el príncipe es vanidoso.
Peque-nia writer
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